7.29.2008

" LA HISTORIA DE LAS JERICALLAS"


La jericalla es un dulce típico tapatío creado en las cocinas del Hospicio Cabañas construido y fundado este recinto por el Obispo Ruiz Cabañas como casa de caridad y que ahora en la actualidad esta edificación alberga un importantísimo centro cultural icono de mi ciudad Guadalajara pues posee la valiosísima obra del maestro y pintor Orozco y su hombre de fuego. Cuando dicho obispo construyó y creó este hospicio su cometido fue crear un espacio en donde se les pudiera dar alojamiento a todos los niños y niñas de la ciudad huérfanos y desamparados, viendo las condiciones de salud en que llegaban los niños a este lugar una monja que era encargada de la cocina de apellido jericua o Jérica pues el dato es incierto , pensó en crear un alimento alto en proteínas pero que a la vez fuera muy rico y atractivo para que los niños quisieran comerlo y a si con las propiedades de dicho alimento poder ayudar al estado de estos niños , y fue así como elaboro un postre a base de huevo con su alto valor proteínico Leche rica en calcio y azúcar para aportar energía, le dio un toque con canela en vara y un poco de vainilla y lo horneo, pero con tanto ajetreo en la cocina por el tener que dar de comer a tantísimos niños el postre que había metido a hornear fue olvidado y este al momento de sacarlo estaba quemado de la parte superior la monja sin decepcionarse de su creación decidió probarlo y cual va siendo su sorpresa que el sabor de la corteza quemada del postre le daba un sabor único y especial a su creación y fue tanta la aceptación entre los niños y las monjas del orfanato que poco a poco se fue extendiendo su popularidad en las colonias de Guadalajara tanto que hasta nuestros días
Es consumido a diario por los tapatíos. Y en honor ala monja jerica se llamaron jericallas.

Hoy les comparto las fotos y la receta de un libro que estoy realizando como parte de la capacitación a personas en condiciones especiales que forman parte del proyecto “ARMAS PARA LA VIDA” que anterior mente les presente y que posterior mente les compartiré algunas mas de las rectas de este libro. A mí en lo personal este postre me trae gratos recuerdos de la infancia cuando mi padre nos llevaba al caer la noche con don Abraham a comer una jericalla y un chocomilk, en mis estancias en otros estados de la republica he probado algunas versiones que hacen pero sin éxito pues parte del éxito de esta recetas es elaborarla en plato de cerámica como el pozolero y el punto del quemado de la jericalla pues ya es de gusto personal.



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